28 jul 2014

Entrevista a Castalia Cabott

Se dice que no hay historias originales, que todo lo que se debía escribir ya se escribió, que todas las historias ya se han contado… ¿cómo entiendes la originalidad en tus escritos?
Coincido en que es difícil ser original, pero lo intento. No en las maneras de contar si en las historias pero reconozco que me esfuerzo por ser original cuando de relatos sobrenaturales se trata. Mi serie de hombres lobos llamados Weremindful son originales, hombres lobos conscientes, me llevó mucho tiempo encontrar mi veta y que mis hombres lobos fueran diferentes, creo que lo logré. 

No hay libro más emblemático sobre el amor que Romeo y Julieta, una frase preciosa de Shakespeare dice: “No sé si mi mano podrá expresar lo que mi corazón siente.” ¿Qué concepto del amor reflejan tus novelas?
Uno que es muy difícil de hallar en la vida real, en mis novelas el amor es muy diferente a la vida real, mis personajes creen en el amor a primera vista, cosa que entiendo es muy muy singular en la vida real. El amor es algo tan inefable y difícil y tan trabajoso que es imposible que yo pueda reflejarlo en mis novelas, cuando lo que pretendo es crear un momento hermoso y feliz. Para dolor, para penas, para llantos la vida real. Y muchas veces he leído críticas negativas sobre mis novelitas por la misma razón. Pero es así si lees un Castalia verás que ella entiende el amor de una manera que es casi irreal, por eso acepto las críticas, es solo mi forma de sentir como debe ser el romance en una obra de ficción.

¿Te gusta el cine? Hay una escena en V de Vendeta donde el personaje principal dice: “Hay una cara bajo esta máscara pero no soy yo. No soy esa cara más de lo que soy los músculos debajo de ella o los huesos de más abajo.” ¿Puedes decirme cuanto de tu persona hay en tus novelas?
Creo que mucho, hay mucho de lo que creo, de lo que espero y de lo que sueño en la vida de mis criaturas. Mis personajes reflejan a las personas como me gustaría que fueran en la vida real: honestos, apasionados, sinceros. Y la realidad nos dice que no siempre es así. Me gusta pensar que las personas son honestas, apasionadas y sinceras, por eso considera a la lealtad como un valor que aprecio sobre otros, mis personajes confían en lo que sienten y no son defraudados. Soy romántica, muy romántica y mis novelas se pueden encuadrar en ese romanticismo que cree en el amor, en el por siempre juntos, desearía creer que el amor para siempre existe. Algo que también se refleja de mi persona es mi extraño, y quizás solo yo lo vea, sentido del humor, puedo contar las cosas más tontas con un sesgo de humor, que intento transmitir en mis novelas. En las novelas, solo ahí me tomo, muchas libertades que la vida real me impide o restringe. 

Los personajes masculinos son todo un reto, cómo reflejar el pensamiento masculino en una novela, Carmen Maura en Mujeres al borde de un ataque de nervios, decía: “Es más fácil aprender mecánica que psicología masculina. Una moto puedes llegar a conocerla, a un hombre jamás.” ¿Cómo diseñas los hombres de tus novelas?
Mis hombres son absolutamente irreales, fuertes, hermosos, decididos y sin defectos, vamos, ¿qué hombre en la vida real es así? Amo la ficción porque me permite elegir las mejores cualidades físicas, mentales y emocionales para mis personajes. Eso se llama creación y qué bueno que la ficción me lo permite.

Seguro alguna vez escuchaste esto: “Las monjas también pueden colgar los hábitos... o levantárselos.” Es una linda excusa para preguntarte, ¿cómo ves el erotismo de las novelas románticas?
Me considero una autora de romántica erótica, no puedo entender una novela sin su cuota de romance, desde que leí El príncipe oscuro de Christine Feehan, mi idea de la novela romántica solo la entiende si tiene su cuota de erotismo. Una novela sin erotismo, y no lo entiendo como sexo o el llamado “mamá porno”, sin que sientas que tu respiración se agita o te mueves inquieta esperando que nadie se dé cuenta de qué estás leyendo, no es una novela que yo lea. 

“Codiciamos lo que vemos cada día.” ¿qué meta te has propuesta como escritora? ¿A quién admiras?, en definitiva: ¿qué codicias cada día como autora?
Mejorar, siempre, mejorar y mejorar, alejar errores, lograr el error cero, mejorar creando grandes personajes, que trasciendan, que los demás comenten, ese es mi sueño, pero supongo que soy consciente de mi escaso talento, sin embargo lo intento, siempre en cada línea, en cada oración, en cada libro, siempre.

Cómo autora seguro estás en contacto con nuevas autoras que preguntan y se interesan por tu tarea. “No conseguirás conmover otros corazones si del corazón nada te sale.” Decía el Fausto de Goethe. ¿Qué le dices a una autora novata, qué consejos le das? 
Inténtalo, escribir es como andar desnuda por la calle, es someterte a la crítica, buena y mala de los demás, es aceptar que no puedes acompañar a cada lectora para explicarle qué quisiste hacer o decir, pese a todo esto, inténtalo, lee, busca modelos, a quien seguir, busca lectores y acepta las críticas, las buenas y las malas con sus razones y sinrazones, que también existen, acepta que hay mucha envidia y que siempre alguien tendrá algo que decir, y no siempre será lo bueno. La crítica también es un acto de escritura, es un personaje y quiere destacarse. Y sobre todo sé honesta contigo misma, y no te envanezcas, no creas en las falsas y cómodas lisonjas, ni en las malas y crueles. Busca mejorar, conocer tus debilidades y atacarlas, y aprende, aprende como una esponja, ser escritora no es solo pergeñar una historia, hay que saber escribirla, saber transmitir los sentimientos, las sutilezas, la ironía, el encanto… y eso te guste o no te guste requiere conocer la lengua. Una autora con errores graves de escritura, no perdurará. Entonces, acéptate y sé una buena alumna.


Gracias por responder y no olvides: “Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca, mi querida lectora.”

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